viernes, 11 de septiembre de 2015

La Nostalgia

Esta noche no hay estrellas,
y se puede leer en el cielo,
uniforme y extensa
la palabra melancolía.
Es de esas noches para ser olvidadas
pero no se olvidan.
Se esconden en la sombra de otro recuerdo hiriente;
acechan juntos buitre y hiena
para duplicar la angustia de la presa.
Apoyada sobre mi flébil pensamiento
me mira desde arriba,
y desde allí ve a tu fantasma a mi lado,
al que yo no puedo ver y es motivo de mi pena,
a que no puedo tocar y es motivo de mi llanto.

A veces atraviesa la habitación un soplo de aire nuevo,
resucitando por un instante mi espíritu tendido
que agradece su mano ligera y suave.
Entonces es cuando te veo,
siempre alegre,
mas con un brillo de tristeza en tus ojos,
a su vez siempre sinceros.
Y te desvaneces con ese mismo aire.
Pero antes de que desaparezcas por completo,
de que la noche vuelva a burlarse de mi dicha,
permanece tu aroma unos minutos más.
La nostalgia levemente se transforma en hermosura,
y yo puedo evitar el abismo de tu ausencia
sobrevolándolo grácilmente sobre tu risa,
antes de que se apague y la olvide hasta mañana.

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