"Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman."
sábado, 15 de agosto de 2015
Decernere
Tembló mi tierra. Dudé.
Frente a mí un fatídico paso.
A la derecha otro.
A la izquierda otro.
Me quedé donde estaba,
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